Transformando datos en Historias

Hola. Bienvenido a mi blog. He decido volver a ocupar otro espacio -ahora en este mundo paralelo del Internet- para contar algo de mi historia. Una historia de pasión por verter crónicas, nombres, datos, palabras, imágenes y sonidos finamente hilados por mi quehacer periodístico, el amor hacia la comunicación, el arte y la música en particular, pero sobre todo, mi atracción férrea de contar historias. Desde que recuerdo haberme enfrentado a una hoja de papel en blanco, ya sea blandiendo un bolígrafo, tecleando ferozmente una máquina de escribir mecánica (¿recuerdan las Olivetti de fierro?) y desde hace unas décadas, mancillando la inmaculada superficie de una hoja de WordPerfect, Word y ahora estas palestras virtuales del blog, mi intención ha sido siempre contar historias. Este blog supone un breve, pero concentrado repaso, de lo que los medios electrónicos e impresos me permitieron hacer desde el lejano 1986. Hoy, con esta exposición de memorias y amores, busco abrir puertas a nuevas oportunidades, a nuevas aventuras editoriales, multimedia, radiofónicas o los nuevos formatos generados en la era del Internet. Así que si me conoces con anterioridad, tal vez recuerdos algo de esto. Si no es así, abro mis archivos, mi memoria y mi corazón para que sepas algo más de mí. Bienvenidos

viernes, 28 de febrero de 2014

En Música sin Fronteras, las Memorias Musicales eran pequeñas dosis de historia de la música que servían para aderezar y complementar el contenido del invitado musical.  El reto era encontrar temas novedosos, interesantes y sobre todo, tenerlo a tiempo.  Recuerden que el programa pasada a las 3AM.  En ocasiones, eran las 2:50 y se estaba terminando de editar o de grabar.  Otra oportunidad que me daban este tipo de piezas era hacer locución, interpretar mis propios textos.  Sinceramente nunca me consideré un locutor y desafortunadamente nunca tuve una dirección en la grabación de los textos.  Eso vendría después, en WFM, unos 3 años después.  Otra razón de ser de las Memorias Musicales, era ser un respiro en la mega dinámica TV en vivo.  Tres o cuatro minutos preciosos para revisar qué seguía, mover al invitado o al conductor a otra parte del set, etc. Los dejo con una de estas Memorias Musicales.  No sé para qué invitado fue designado, pero aquí les dejo "Orígenes del Jazz".

jueves, 27 de febrero de 2014

Una de las actividades que más gocé en mi periplo en Televisa, fue salir a la calle, a bares, cafés, restaurantes, foros, auditorios y uno que otra arena para captar con mi entonces inseparable SuperVHS, imágenes que ahora deberían ser consideradas históricas, por captar, cuadro tras cuadro, las imágenes, la música y en muchos casos el pensar de artistas, cantantes, compositores y ejecutantes que desfilaron por una de las palestras más importantes que ha tenido la Música Mexicana en la Televisión que fue el Segmento de ECO-Teja conocido como Música Sin Fronteras.  Con esas imágenes, escribí y edité cientos de piezas periodísticas -pequeñas y de corto tiempo, pues el tiempo en TV cuesta como oro- llamadas Semblanzas. 
Fue tal la pluralidad, apertura y tenacidad que mostramos en la emisión, auspiciada por el amor a la Música que aún tiene Alfonso Teja, además de su irrefrenable creencia de que la Libertad es uno de los tesoros más preciosos que tenemos, y acelerada por mi juvenil pasión por lo que hacía, que se retrataron artistas de las más variadas índoles y casi todos muy valiosos.  Para muestra, les comparto dos aristas.  En 1988, tuve la suerte de entrar al departamento de una mujer tenaz, con fuertes convicciones sociales y con una voz y talento que aún se extrañan.  Ella falleció hace 20 años (febrero de 1994), pero su nombre debe figurar como una de las grandes de la Canción Mexicana, sobre todo de esas que brota de la lucha social.  Ella fue Amparo Ochoa.

Música sin Fronteras fue más conocido por su fuerte tendencia hacia el rock hecho en este país.  Nos tocó atestiguar el lanzamiento de la segunda fase de la carrera de Botellita de Jerez, con su álbum Niña de mis Ojos, de 1989.  Las imágenes las grabé en el también extinto Rock Stock, en Niza y Reforma.